La
sede de la Biblioteca Popular del Paraná fue declarada Monumento Histórico
Nacional en el año 2006. Pero ese
edificio, una de las joyas arquitectónicas más destacadas de la ciudad,
necesita una serie de obras que, por diversos motivos, se fue postergando desde
hace ocho años. Entre ellas la restauración del auditorio “Enrique Berduc”,
ubicado en la parte superior, un teatro de estilo italiano que permanece
cerrado desde hace nueve años.
Quienes la visitan a diario sólo pueden circular por la planta baja de
la biblioteca: ir hasta la sala de lectura o ingresar a la Sala “Antonio
Medina”, donde la práctica del ajedrez alterna con la realización de
conferencias o la presentación de libros.
Su comisión directiva efectuó gestiones con la intención de reunir
fondos para encarar las obras. Y si bien fue incluida una partida en la Ley de
Presupuesto Nacional de 2014, finalmente esos recursos no fueron asignados.
Desde el hall, a ambos lados del busto que recuerda a
Miguel de Cervantes Saavedra, surgen escaleras de mármol que están bloqueadas
por exhibidores de madera. Muchas de las personas que consultan a diario la
información dispuesta en esos anaqueles ignoran que esos escalones ocultos
llevan a un teatro que abrió al público por última vez en 2008.
Desde entonces la comisión directiva y los voluntarios que trabajan para
la Biblioteca Popular plantean la necesidad de una obra integral que permita
preservar un ícono que distingue a Paraná.
El teatro se clausuró porque parte de la mampostería se cayó sobre las
butacas y también se desprendió un tramo de la instalación eléctrica. Como
consecuencia de eso se electrificaron varias paredes debido a la antigüedad de
los techos, por los que se filtró agua. Si bien se hicieron arreglos parciales,
un sector del cielorraso todavía no se acondicionó.
Aunque no se crea, no hubo informes técnicos que advirtieran sobre los
derrumbes del techo del teatro; solo se cerró cuando la gente de la biblioteca comenzó
a notar los problemas.
Las filtraciones de los techos dejaron el escenario que existe hoy: la
mampostería del auditorio se encuentra en estado lamentable; grandes fragmentos
de los vitrales, destrozados; la humedad provoca enormes lamparones en las paredes,
manchas que pisotean la grandeza del lugar y la deterioran.
El gobierno de la provincia, durante la primera gestión de Sergio Urribarri,
incluyó la restauración de la biblioteca dentro de un programa de puesta en
valor de edificios históricos con motivo del Bicentenario de la Nación. Pero
finalmente con la biblioteca no pasó nada.
La promesa, sin embargo, se mantuvo firme durante todo este tiempo y
desde la institución se siguieron los caminos en esa dirección: se buscó reunir
dinero y se trabajó para realizar un proyecto completo de restauración. Para
eso se efectuaron gestiones y trámites ante la Comisión Nacional de Monumentos,
de Lugares y de Bienes Históricos, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación.
Nada más falta la plata. Hasta ahora no hubo caso.
La sala tenía las butacas intactas, estufas conectadas al gas natural,
alfombrado, iluminación y el característico telón de todo teatro. Un ámbito
proyectado con una acústica propicia para la lírica y el teatro.
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| Maquinaria donde se producían las iluminaciones, el sonido y los efectos especiales |
“Ciertamente hay
un valor en el patrimonio histórico del edificio en sí. Pero que este edificio
no esté funcionando a pleno es un perjuicio mucho más grave para la sociedad,
no es un hito arquitectónico para la contemplación pasiva. Es un edificio para
ser usado”, define desde la página web de la biblioteca (www. bibliotecaparana.org.ar),
su presidente, Iván Brizuela.
“Por ese teatro
han pasado muchas cosas y muchas personas. Músicos internacionales como
nacionales, actores y actrices, pianistas, escritores, maestros del humor,
violinistas. También se hacían muchas actividades, como fiestas de despedidas
de cursos. En síntesis, se usaba para muchas cosas donde se obtenían recuerdos
importantes”, relató Romina Backus,
una leal bibliotecaria del lugar.
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| Butacas del teatro |
Pero no sólo el teatro tiene inconvenientes; también el resto del edificio sufre deterioros.
“Los otros problemas son la electrificación y la humedad, entre otras cosas que
pueden ocurrirle a un edificio antiguo”, dijo Backus.
“Desde la biblioteca se ha evaluado impulsar campañas en la ciudad,
buscar respaldo en los más de 2.500 socios. Pero se considera que el modo más
efectivo y seguro para lograr la restauración integral del edificio es a través
del aporte del Estado. La gente puede ayudar, pero la obra elemental debería
ser financiada por el Estado”, señaló el escritor Julián Stoppello en un
artículo que publicó el año pasado en la página web www.entreriosahora.com.
“Siendo un Monumento Histórico Nacional, se hicieron varias gestiones
para que la Nación participe en su restauración, y ahora se va a llevar a cabo.
La parte técnica ya está casi lista. Y próximamente, se hará la restauración
total del edificio, y eso incluye al teatro”, afirma Backus.




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