Un día
normal, tuve la suerte de salir temprano de la escuela, me dispuse a volver a
mi casa, desgraciadamente, en la mitad del trayecto, tuve el infortunio de que
me arrebaten mi teléfono celular. Por este motivo, hace casi ya un año que me
encuentro usando uno con una tecnología relativamente antigua para los
estándares actuales. Esto trajo consigo consecuencias tanto positivas como
negativas, por un lado, pude despegarme del congestionado mundo de las redes
sociales, que, si bien no formo parte de muchas, me hacían perder mucho tiempo
en cosas que la verdad, no era muy relevantes. Una de las desventajas que sufrí
fue el tener que hacer varios trabajos de la escuela a mano, que, si bien no es
algo del otro mundo, pude haberlos hecho en mucho menos tiempo, menos esfuerzo
y con más eficiencia y eficacia.
A partir de estos hechos me puse a reflexionar
bastante sobre el uso que le damos a la tecnología que tenemos. No me
malinterpreten por lo que voy a decir, yo creo que las distintas herramientas
digitales usadas adecuadamente, como todo, pueden generar muchos beneficios no
solo en el espacio escolar, sino en el entorno laboral y hasta en el social. El
problema es cuando el mal uso de esta entra en juego.
Distintas
empresas nos han brindado de distintas aplicaciones tales como Skype, Snapchat,
Instagram, WhatsApp, Facebook, entre otras. Para hacer de la comunicación algo
mucho más sencillo y rápido. El problema empieza cuando empezamos a priorizar
inconscientemente estar todo el día pendiente de estas distintas plataformas en
vez de poder aprovechar y hablar con las personas que tenemos más cerca.
¿No te
ha pasado nunca estar en la situación de estar sentado en frente de algún
familiar o ser querido y que este lo único que hace es ver su celular en vez de
tranquilamente entablar una conversación?
A mí sí,
y muchas veces. Por este motivo empecé a leer varios artículos para ver si este
problema había sido investigado ya por alguien para de una vez por todas poder
afirmar que esta es una acción que cada día se ve más en la sociedad y que cada
vez es más aceptado, incrementando los problemas no solo emocionales sino
personales, afectando fuertemente la salud del individuo.
El
corpus para analizar va a estar compuesto por páginas y blogs web (los cuales
están citados en la webgrafía). Los sitios van a estar segmentados en los
especializados y los que no lo están.
El
nombre de esta "actividad", si le podemos llamar así, se denomina
Phubbing, la cual proviene del inglés Phone (teléfono) y Snubbing (despreciar)
y se define como "El acto de desairar a alguien en un entorno social por
mirar al teléfono en vez de prestar atención."
Esta es
una de las problemáticas más alarmantes, ya que afecta fuertemente en las
relaciones personales del día a día. Según un estudio del Pew Research Center
el 42% de los jóvenes de entre 18 y 19 años admitieron que la tecnología es una
distracción dentro de la pareja.
Esta es
una de las principales causas de malestar en las pajeras, ya que no solo es
motivo de pelas, sino también en algunos casos, llega a causar la separación de
la misma.
En esta
parte es donde vemos como los trastornos mentales entran en juego, ya que esto,
en la mayoría de los casos causa depresión y ansiedad en los individuos.
Dicho
sea de paso, otra consecuencia que conlleva esta práctica es la de reducir la
capacidad cognitiva y la concentración.
Esto
despertó mi curiosidad, por lo cual le pregunté a mi madre si es que teníamos
algún pariente que fuera psicólogo o estuviera relacionado al trato con
jóvenes. Ella recordó que tenía un primo que era licenciado en psicología.
Entonces decidí hacerle unas preguntas acerca de esto a mi tío, Damián Torres.
Él me relató cómo varias madres acudieron a él para ver si podía ayudar a sus
hijos a hacer que se despeguen del celular. También me dijo que la mayoría de
los chicos que fueron con él, contaban con grandes problemas a la hora de
concentrarse por mucho tiempo, algo muy común que les hacía hacer era jugar al
ajedrez o a las damas para analizarlos un poco y concluyó que era imposible
terminar la partida sin que alguno de estos chicos mirara, aunque sea una vez
su teléfono, aunque sea solo para mirar la hora.
Habiendo
visto ya las consecuencias, podemos ver que esta práctica afecta cada día más a
la sociedad y principalmente a los jóvenes. Esto es algo que puede generar
problemas no solo en sus relaciones de pareja, sino también en su rendimiento
académico, haciendo más difícil su buen desempeño en este aspecto.
Mencionados
ya los efectos secundarios, por así decirlo, podemos ver que es realmente
alarmante que esto se vea cada vez más en la sociedad y principalmente en los
jóvenes.
Como una
medida para contrarrestar y concienciar acerca de esto, el australiano Alex
Haig, se creó una campaña llamada Stop Phubbing.
Él
decidió hacer esta campaña luego de haber hecho distintas encuestas, llegando a
obtener números tales como:
- El 90%
de los adolescentes prefieren el contacto vía texto que cara a cara.
- Los
restaurantes experimentan 36 casos de phubbing por comida.
- El 97%
de los comensales asegura que su comida sabe peor cuando es víctima de esta
práctica.
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Campaña gráfica acerca del Phubbing.
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Luego de
haber analizado todos estos datos, pude afirmar que el phubbing no es algo que
inventaba yo, sino que es realmente una problemática alarmante, lastimosamente
hay personas que a causa del phubbing han sufrido depresión entre otros
trastornos, empeorando su calidad de vida. Esto es algo que puede empeorar en
un futuro.
Para
todo aquel que quiera informarse mejor, pueden acceder a la página de Facebook
de la campaña.
Si bien
esta investigación se generó por algo que advertí luego de haber estado
apartado de las nuevas tecnologías. Esta investigación me permitió reflexionar
bastante del uso que le damos a estas.
El caso
del phubbing es algo preocupante, ya que como planteaba en mi hipótesis esta es
insalubre y cada día se ve más en la sociedad.
Esto es
algo que incrementa por el simple hecho de que la tecnología lo hace, y por eso
es por lo que tenemos que tomar conciencia del monstruo que hemos creado. Por
una parte, la tecnología puede facilitar nuestras necesidades comunicacionales
también puede arruinarlas. Ya que, afirmado por investigadores de varias
universidades, es una práctica que puede llegar a causar, en efecto, varios
trastornos psicológicos.
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