Tanto el primer año del nivel secundario como el último son muy significativos al punto que su impacto emocional es inevitable por diferentes razones.
Por buenas o malas vivencias, una persona lo recordará siempre, este informe se detiene en el último año del trayecto secundario dado que es allí donde comienzan a definirse, o al menos es una exigencia esperable, por una nueva etapa que implica dejar de ser adolescente para comenzar con las responsabilidades adultas.
Los estudiantes del sexto de secundaria, ya finalizando el ciclo lectivo, se encuentran en la incertidumbre de cómo van a seguir con sus vidas"ignacio Degani promocion 2017". Para algunos esta situación no les afecta pero a otros, los llena de ansiedad pues no saben qué estudiar o piensan que la nueva etapa los tendrá muy ocupados y no podrán ver a sus amigos con la misma frecuencia, provocando la sensación que todo cambiará rotundamente"Alejo Herrera promoción 2017".
Por lo general existen dos grupos de jóvenes, uno conformado por quienes desean terminar lo antes posible, se trata tal vez, de adolescentes que no tuvieron una buena experiencia en la escuela y tienen la esperanza de llegar a un lugar que les permitan desarrollarse plenamente en lo social. El segundo, por el contrario, cuya experiencia escolar ha sido vivida como óptima, presenta un miedo exagerado a la nueva situación, invade la sospecha de que lo que sigue no será tan agradable como lo ha sido la escuela, por ello, si pudieran elegir intentarían retardar este proceso de cambio"Rodrigo Sandrone promoción 2017".
Para realizar este trabajo se llevaron a cabo entrevistas para determinar qué tipo de emociones se despiertan al concluir esta etapa escolar y vital.

Alumnos de la promoción 2017.