Me desperté el día lunes 20 de noviembre a las 8:00 am, miré la hora que marcaba el reloj y me di cuenta que el despertador no había sonado. Me levanté muy rápidamente, desayune y fui hacia la escuela ya que en la primera clase del dia comenzaba a las 7:30.
Eran las 8:50 am cuando de pronto tocó el timbre del recreo. Mis compañeros y yo estábamos contentos, debido a que teníamos tiempo para poder conversar acerca de nuestro din de semana y demás descansar ya que la primera hora siempre es la más complicada. Ese mismo dia, en el segundo módulo, teníamos evaluación de historia y estábamos muy atemorizados y nerviosos. Desde que toco el timbre del primer recreo, hasta que terminó, nos pusimos a repasar conceptos y ayudarnos con mis compañeros de curso sobre diferentes dudas que teníamos y que no lográbamos entender. Una vez terminado el recreo el examen estaba a punto de comenzar. Mucho de nosotros estábamos asustados, ya que al haber sido fin de semana largo ninguno había dedicado tiempo suficiente de estudio de la asignatura. Al llegar la profesora al aula, anunció que el examen tenia 35 preguntas a desarrollar. En ese momento me entro mucho mas miedo del que tenia, ya que no había estudiado mucho y no estaba segura de las cosas y pensé "¿que voy a hacer?". Motivo por el cual una compañera entró en pánico y se desmayó. La rectora de la escuela tuvo que llamar a emergencias por lo sucedido.
La profesora estaba muy preocupada por la salud de la compañera pero nos hizo realizar el examen igual. Por un momento me pregunte porque no suspendíamos el examen por el hecho que había pasado.
A la semana siguiente, nos reunimos con la profesora para solicitarle una segunda oportunidad para recuperar esa nota desaprobada que teníamos.Luego de convencer con la docente, llegamos al acuerdo que iba a tomar el mismo examen nuevamente.
La historia tuvo un buen final, debido a que la gran mayoría de alumnos logró aprobar el examen.
Martina Manzanelli
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